
“Hay todavía demasiados “adolescentes que hallan placer en violar los cadáveres de hermosas mujeres recién muertas” (Lautreamont), sin advertir que lo maravilloso estaría en violarlas vivas.”
-El reino de este mundo
-El reino de este mundo
1. ¿Melindroso pa’la comida? preguntó burlándose.
¡El más!, dije ofendido.
¡Qué raro! ¿Quién nace así?. ¡Un principe!, dijo respondiendo a su propia pregunta. Una deidad podría melindrear sobre la comida, pero un mortal como tú, no. Un cualquiera, un comunsete, dijo. El que vive creyéndose ser “algo” vive una mentira. Por anotnomasia somos algo; debería agradecer en vez de enfocarse en “él”, dijo resaltando su punto. Si por alguna razón llegarán extraterrestres, ¿realmente crees que querrían hablar con Trump? Le pregunté, o con cualquier presidente pa’l cabo porque ¿qué los hace ser nuestros lideres?, ¿la explotación del liderazgo inventado por nosotros mismos los humanos? Muy naif. Esperar que un ser de otro planeta, de formas de vivir o pensar inimaginables para el ser humano, y su ontología y razón elija ir a presentarse, en nombre de donde sea que venga, a un hombre y no un ábol, que ha visto más que todos los hombres, qué conoce más que cualquier hombre vivo; o un tiburón, que nunca enferma ni muere, o una bacteria, u hongo, molusco, no sé; tantas opciones: los pulpos, por ejemplo, no son de aquí dicen algunos científicos.
¿Cómo?, preguntó incrédula, ¿los pulpos? ¿Te cae?. Sí, afirmé, llegaron con un meteórito, o astéroide, no sé, pero su adn o información genética, es la única que no tiene relación con otro en la tierra; al menos una que conozcamos pues sabemos más del espacio que del fondo del óceano. Dicen que del Popo, llegan y salen naves. Las han hasta filmado, dijo. Igual y hay algo dentro que ni imaginamos, una base de carga o de paso para naves; imagina que podría haber en el fondo del mar. ¿Lo ves? Dije, un instrumento más, mas no el porvenir que no nos une ni nos separa, nos hace humanos, nomás; tropezar de nuevo con la misma piedra. Eso, no lo ha ce un animal que se jacter de serlo, muere; nosotros no.
Como fronteras que existen en el imaginario humano, y físicas también, a veces, pero todas creadas por el hombre y la naturaleza, no se le puede convencer o hacer entender a un animal que existen fronteras ¿verdad?, solo nosotros las aceptamos. Mira las aves, o las mariposas que vienen desde Canada hasta Michoacán. ¿Quién querría ir a Michoacán? Los animales nomás, dijo volviendo a responder a su propia pregunta.
O el tiempo, dije, que nada le importa al espacio ni creo lo comprenda.
Los nombres, títulos, rangos que son y están tan presentes, le encantan a los humanos, al hombre.
Pero esto no es algo exclusivamente humano, dijo, algunos animales lo hacen también, como los changos.
Somos básicamente lo mismo, dije.
Cuandso te conviene nomás, dijo sin esconder su sed de victoria.
Pensamientos negativos, dirás, dije, pero no fui yo quién insinuó al principe; o de ser agradecido, siempre lo he sido. resumí con los labios con un mohín, una mueca puede explicar lo inexplicable de experiencias, conclusiones, resumidas en algo tan complejo y sencillo a l vez, como una comezón, la violenta necesidad de reír o rascarse, depende.

2. Para modernizar podaron la selva en donde asentaron el fraccionamiento. Las mujeres de los petroleros se quejaban de las ranas, los insectos, las culebras; de esos animales raros que aparecían dentro de las casas; arrinconados sobre alfombras, confundidos y atolondrados por haberse golpeado contra cristales, o muebles variopintos, invadiendo las salas y cocinas de señoras urbanas y quejumbrosas que llegaban a un pedazo de selva que solía ser habitat de esos animales. Una ceiba, o higuerilla; el monte donde vivió un mono araña y cuidaba de sus crías, este era su centro donde creaba recuerdos sin crearlos, eran animales y hasta donde sabemos los animales no tienen esa capacidad cognitiva, actuan por instinto nomás: procrear, comer, defender, abandonar, satisfacer, traicionar, urgir, defecar, etc... o un nido de guacamaya, o el de un tucan haciendo cosas de tucan. Hsta quetzales quizá, si nos ponemos dramáticos, hubieron aquí los animales sagrados de mayas, lacandones, chontales, que vivían aquí y los abrieron a la verga; o viven todavía, no sé, pero en simbiosis solo comprensible para el hombre y no para la naturaleza es la que gobernó la iniciativa y entusiasmo de un humano que entraba en contacto con su pequeñisimo poder y nacío el ego, dominando la razón con lo que esas mujeres buscan desahacerse; y esos hombres, que aman seguir reglas, obedecieron destruyendo lo que en conciencia deberían proteger: su espacio, donde la ejercen y aman la libertad que constantemente ponene en riesgo con idioteces previsibles peor incontrolables, como appostar o ir con una puta; fumarse muchos porros o embriagarse sacrificando días de recuperación por un momento, me parece absurdo, la peor negociación; construyen con cemento lo que debería formar la naturaleza, pero la razón humana quiere alejarse de lo animal, como juzga con moral lo que debe juzgarse como político; ir en contra de sus propios instintos es la mayor contradicción en los humanos.
El quetzal parece serpiente al volar. Observarlo a la distancia podría de hecho confundirse por serpiente -en Qutzalcoatl o Kukulcán-, alguna deidad, pero el quetzal seguirá siendo un pájaro y no cemento; ni sobre serpiente, ni sobre dios, ni sobre nadie. Un pajaro y así, crearon el lugar para los petroleros, sus mujeres e hijos que llegaron de todas partes del país, después de los descubrimientos petrolíferos de los setentas, para explotar las tierras del sureste y, con nuevas ideas, planificar, diversificar y abrir al sureste a la modernidad. Almas nuevas al trópico, como en Hear off Darkness, es peligroso. Olvidaron a Kukulcán abriendo la puerta a demonios que no podrían controlar.
Construyeron carreteras, dieron dinero a los municipios para su desarrollo que terminaron en bolsillos corruptos, y como siempre, se vio poco o nada los cambios, tan solo el cemento para casas o, lo que pudiera verse como “desarrollo”. Vivíamos cerca de una laguna donde hubo cocodrilos, hubo manatíes, anfibios, insectos; mamíferos y demás animales que ya no están ahí pero estuvieron, los caporales contaban haberlas visto, pero fueron exterminados, remplazados con cemento para piscinas y canchas de tenis y estructuras que no sirven mas que para humedecerse, y para el despilffarro de la abundancia que cayó en manos de López Portillo y sus buenas intenciones; quería compartir por lo que sobraba con los mexicanos, a los que veía con ternura; la ternura que emana en tamaño miniatura de tu nana; su buena cara y el cariño que nació de un sólo lado; parece que solo a los indios les pasa, y Lopez Portillo lo notó desde niño, después de todo al llegar a la presidencia, sus sirvientes lo amaban. Viene de familia de dinero, decían, sabía tratar a la servidumbre, y por eso, le adoraban. Sabia compartir decían otros; pero en realidad porque recibian o clamaban migajas; con eso les bastaba y se se acostumbraron a vivir así. Ese era el espíritu nacional en los setentas, aún colonizados, ciegos -eso no se quita- era la esencia nacional de una nación aún jovén; sigue siendo jovén y seguirá, al menos, mientras viva y con otras generaciones más desarrolladas, que hasta llevan mucho tiempo aquí.

3. De niño, miraba esos paisajes moribundos buscando cachar momentos de calma, c omo cuando el sol desciende y el candor disminuye, la vida empieza a resurgir en la selva. Esa transición me interesaba. Los televisores bullían con las cortinillas de los noticieros, que resonaban desde las casas con los ventanales abiertos; los animalitos salen de sus hogueras y comienza, si es buena temporada, una brisa misericordiosa apaciguando el calor de la tarde; un segundo suspiro del día que baj su intensidad con pozol amargo, frío; o con horchata de la Catedral, haciendo digestión, o en duermevela por el bochorno que comienza su metamorfosis de tormenta a calama, en sonata al piano.
Los cazadores lo saben. La calma esconde a los animales que con sed salen a beber agua, donde hay cocodrilos, invisibles, camuflageados y alerta; incluso las coralillos y anaoyacas que dormían tranquilas. despiertan con la tarde de su letargo del sol, energizadas para la sesion nocturna en otro día más del sureste mexicano.
En este momento no existen más esos escenarios, solo los lugares. Lo mataron todo; colgaban como trofeos las pieles de víboras desde un palo largo, estirado a la salida del fraccioamiento, para que todos vieran cuanto habáin trabajo; los niños admiraban el peligro que afrontaban esos hombres contra tremendas bestias, pero eran animales indefensos. Per los mataron a todos, les daba igual, y talaron la selva rellenándola de gente idiota con ideas idiotas, de modernidad y civilización y contradicciones superfluas e insostenibles.
Usaron los cadáveres para venderlos como cinturones, o botas; de todas y tantas especies de anfibios extraños: reptiles, mamíferos, ovíparos, y toda clase de seres vivos, algunos endémicos, otros en extinción, para explotarlos por méritos económicos nomás. “Ganar” algo de toda esa meritocracia asesina y despiadada, injusta de natalicio.
¿Cómo culparlos de algo tan ambiguo contemplando la vida como producto, la verdad, incluso, hasta la realidad, que como nunca está en duda, es un producto: modificable, costumizado a los deseos de su propietario; incluso la propiedad es un invento que, en manos fisicas del hombre, crean paredes, muros, vayas, separados y no puentes, solo fronteras y definiciones. La razón crea monstruos, decía Goya, porque cuando sólo se usa el conoci miento racional y se separa el corazón, nacen demonios.
El mundo no funciona así. Me gusta la palabra mundo, la idea para encapsular la realidad es bonita, o la razón de existir, si es que alguna vez pienses en eso. Es espantosa la idea de no saber que se es; o sea, que se está siendo, que uno es; como un perro dómestico que toma el papel dominante en la familia viviendo confundido y todo gira entorno a él, y ni lo sabe, pero lo sabe y no se da cuenta. La familia tiene un solo objetivo en su convivencia grupal, perseguir y satisfacer los caprichos de un ser amado que no sabe ni lo qué es. El animla cree er humano siendo perro. Darle todo al hijo idiota solo porque es hijo y no un hombre, o ser tratado como uno -si me tratan como imbecil, me comportare como ubn ombecil, cuantas veces lo dijo- antes que el hijo, o un humano; la realeza es un ejemplo, sobre todo esa que recibe honores por alguien más que puede dartelos, solo por le hecho de nacer quine nació y no, por ejemplo, crear música, escribir poesía, pintar un cuadro, escribir una opera, lo que sea, no, tan solo por un estatus que solo tiene relevancia, si le das relevancia y parec e que hay un chingo, por no decir todos, que se han dejado convencer. La revista “Quien” es el ejemplo.
Si mato a alguien ¿me entregarías?, preguntó. Sí, dijo determinante. ¿Qué clase de amigo eres? respondió sorprendida. ¿Qué clase de amiga va por ahí matando a otros?, dije sin pensarlo mucho, hasta indignado incluso por ponerse en duda mi resolución; que no pude argumentar es porque no me la esperaba y aún así la dijo, me cachó con la guardia abajo en aquel momento y fui testigo de su conclusión, en segundos, fracciones de estos y decidió lo mejor para él, para mi, y para todos los involucrados.
Las gorditas de pollo llevan huevo ¿sabes? Hemos sido unos barbaros toda la vida,me cae; mezclar a una madre con su feto, con su ovulación, se me hace tan sádico y delicioso. El huevo, feto de pollo, el pollo que voy a cocinar, es una de las ideas más salvajes que tenemos los humanos, todo para satisfacer el hambre, el antojo, el deseo de que sepa rico porque comer, cualquier otra cosa. Debería ser simple y sencillo el acto de alimentarse, como rascarse o beber agua, claro, hay zonas más difíciles de rascar que otras, esto es una diferencia; la de las elites, por ejemplo, o los comunes, los ricos y los pobres; el cristiano, los musulmanes o los judaicos; capitalistas y comunistas; en fin, me interesan estás ambigüedades, la humana, o ¿es la misma cosa una de ellas? No lo sé.
En la búsqueda de la justicia -su justicia- yace un complicado problema que hoy envuelve a la inclusión en un mundo de realidades coexistiendo con la realidad única, y en su espacio: la naturaleza.
Asumir estar por encima de la maturaleza misma por ser una mujer moderna, o mejor dicho, por ser humano que doma la naturaleza, qque estamos a otro nivel de relevancia en la cadena de la vida en el planeta y de jerarquias prefiero no hablar, no estoy tan seguro qué diría José cuando habla de lo bella que es Suzanne, y todo lo hermosa y sensible y moderna y espiritual que es. El ego es lo único que compite al infinito en tamaño al universo, hay que andarse con cuidado con lo que uno es y con lo que se desea. Hay que cuidarse de todo, de todos.

El son y el huapango fueron las dos hojas de la ventana por la que me asomé a la música, después llegó el rock.
